Pareciera que con las expresiones vertidas por Alejandro ‘alito’ Moreno Cárdenas y la apasionada expresión de gran arraigo sinaloense del gobernador Quirino Ordaz Coppel, el PRI, pese a que parezca estar al borde del precipicio; «respira aún dando signos de vida».
Todo esto pasó en el marco de la instalación y toma de protesta de su Consejo Político Estatal para el periodo 2020-2023, desarrollado el pasado sábado 22 de agosto, donde además de la presencia virtual del ‘primer priísta’ en el estado (Quirino Ordaz), la de su dirigente del CEN del PRI (Alejandro Moreno), registraron su asistencia vía zoom los exgobernadores: Jesús Aguilar Padilla y Juan S. Millán Lizárraga. Y por supuesto que de manera presencial los dirigentes estatales Jesús Valdés y Cinthia Valenzuela.
En un mensaje breve pero enérgico Ordaz Coppel puntualizó:
«son tiempos de echar chingazos, de trabajar muy fuerte, de estar en la calle, yo como gobernador siempre agradeceré al PRI la oportunidad que me dio de representarlo como su candidato, y trabajo con el único interés de ayudar y de estar cerca de la gente y poder responder con hechos, con resultados, la confianza que depositaron en mí los sinaloenses; nunca dejaré de agradecer y reconocer esa fe que tuvo en mí el Partido Revolucionario Institucional».
Quirino, también habló de ver “un PRI fuerte de cara a los comicios 2021, que atiende a su militancia. Dijo ver a un priismo que avanza en la «ruta correcta» con empuje y «unidad»”.
Por su parte el campechano y dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, instó a mover al PRI, “hablar de lo que se ha construido como: carreteras, hospitales, caminos rurales. Subrayó su respeto al gobernador sinaloense (Quirino) de quien dijo, “con su trabajo y esfuerzo nos va a llevar al triunfo electoral, además de estar evaluado como el mejor gobernador del país”.
Hasta ahí todo y todos relativamente bien. Pero vayamos a la percepción de los priistas y el sentir de la sociedad sinaloense.
Circula un clamor casi generalizado en gran parte de las huestes priistas –las de cepa– desanimo y desencanto por lo vivido el 22 de agosto desde Auditorio Benito Juárez, que de arranque, consideran que el evento de dimensión estatal fue solo un montaje y circo más, presagio de una derrota anunciada para el 2021.
Destacan que no hubo presencia –física– de figuras políticas de peso, menos que fueran de rentabilidad electoral, y que deja mucho que desear el partido tricolor, al seguir dejando por fuera a un sin fin de nuevos valores, premiando a la ex senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, con la responsabilidad del órgano en el que recaerá la importante función de decidir mucho del futuro del partido y su militancia, en relación de que la ex senadora, es una figura desgastada y que hoy en día muy poco aporta a la vida productiva de Sinaloa.
Por otro lado, la tristeza partidista la convalidan los decepcionados priistas al ver que solo alrededor de 60 personas estuvieron conectadas en línea –simultáneamente– en acto de trascendencia y movilidad estatal.
Lo cierto, es que nosotros vimos el discurso de un gobernante sinaloense como lo que es; agradecido, de esencia positiva, pero sobre todo
institucional, más que sentirle su pasión partidista o de orgullo priista (aunque la haya expresado) y además al hablar de partidos su discurso lo orientó para mostrar su lado “más justo”, en virtud de que lo centro en ponderar el equilibrio, pluralidad y representación con la que estará representado el nuevo órgano para el periodo,
2020 al 2023.
Entendemos que el gobernador Quirino Ordaz Coppel lo haga por el privilegio logrado en su exitosa carrera política y que pocos la coronan con ser gobernador de su Estado.
En fin, aunque debamos de reconocer que alentó a unos cuantos asistentes, decepcionó a la gran mayoría de priístas que les pasó de noche la sesión de Consejo.
Mucho lo hemos advertido que en el PRI y cada uno de sus miembros guardan una muy fuerte co-dependencia hacia la figura de un líder que verdaderamente los motive y empodere para dejar esa actitud con la que han permanecido durante mucho tiempo, percepción que denota: desprotección, orfandad y abandono.
Las cosas dichas como son.
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