Los cuatro hijos de la mujer encontrada muerta el sábado 23 de septiembre junto a su pareja en La Zarza-Perrunal, en Huelva, España, llevaban al menos cinco días conviviendo con los cadáveres de ambos sin que supieran que estaban muertos en su habitación. Todos son menores de edad.
Los cuerpos fueron descubiertos el sábado por la mañana luego de que uno de los niños le avisara al casero de la vivienda que su madre, de 40 años, estaba “dormida y muy fría”, por lo que no podía abrir la puerta.
Tras escucharlo decir que su madre no se podía levantar de la cama y que estaba “muy fría”, le pidió al pequeño que abriese la puerta y se dirigió al dormitorio, de donde salía un fuerte olor, y al abrir la puerta encontró a la pareja en la cama, ambos inertes.
Inmediatamente avisó a la Guardia Civil y los menores de entre 5 y 13 años de edad quedaron bajo la custodia del padre biológico de ellos, que nunca se había hecho cargo de sus niños, y prácticamente no los conoce.
Convivir con dos muertos
La pareja falleció el pasado martes. Los pequeños explicaron a los agentes de la Guardia Civil que llevaban varios días comiendo y vistiéndose solos.
Es que se habían acostumbrado a que su madre y la pareja no los atendiesen de forma continua, por lo que no consideraron extraño que no salieran de la habitación, hasta el punto de que uno de los menores habría dicho a los agentes que pensaba que su madre dormía y su pareja “jugaba a la Play”.
La madre de los niños había acudido a los servicios sociales hace unos días para recibir ayuda económica para afrontar el pago del alquiler, una ayuda que se estaba tramitando.
La casa donde se han encontrado los cuerpos se encuentra en la zona centro del pueblo, de unos 1.200 habitantes. Vecinos de la zona declararon que no recuerdan haber visto a la pareja por las calles del pueblo al menos desde el pasado miércoles, lo que, junto a los testimonios de los niños, corroboraría que llevaban muertos al menos desde el pasado martes.
Con información de EFE
Mantente informado en nuestras redes sociales.
