Un agente de la policía de la localidad de Largo (Florida) asesinó a un joven de 30 años llamado Linus Philip cuando éste fue detenido y trataba de huir de un control de drogas.
Los hechos tuvieron lugar el pasado mes de marzo, cuando el varón fue detenido en este municipio porque su coche llevaba cristales no homologados. Una vez que los cuerpos de seguridad hicieron un registro de su vehículo, comprobaron que el joven portaba crack, cocaína en polvo y marihuana en el maletero. En un intento de zafarse de la detención, fue abatido por los policías.
Pero lo más curioso todavía estaba por llegar. Según informa el diario “Tampa Bay Times“, en el funeral de la víctima, los detectives encargados de la investigación del suceso trataron de desbloquear el móvil del fallecido con su huella dactilar, y no pudieron debido a las medidas de seguridad.
En declaraciones al medio citado la esposa de Philip, Victoria Armstrong, consideraba que se sentía “violada” con la presencia de los investigadores en el funeral y una “falta de respeto” su presencia. Por su parte, los guardias se defendieron argumentando que los fallecidos “no tienen derecho a la privacidad”.
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