Guasave, Sinaloa.- Con casi mil muertes en Guasave y más de 9 mil pacientes fallecidos en Sinaloa, el paso del Sars-COV-2 ha dejado una profunda huella de dolor y pérdida en las familias, con afectaciones a los comercios y a la sociedad, son parte de las experiencias de vida, que el Ayuntamiento de Guasave difundirá en redes sociales en la Semana de Testimonios COVID-19, del 17 al 21 de enero.
La directora de Salud y Bienestar Social, Andrea Leticia Espinoza Camacho dijo que uno de los objetivos de esta jornada preventiva es concientizar a la población, para que no baje la guardia ni el cubrebocas, porque si bien la variante ómicron no es tan letal, si es muy contagiosa y ya está provocando problemas en el sector económico, por el alto número de incapacidades.
“No hemos tomado conciencia, ya se nos murieron familiares, amigos, vecinos, seguimos muy relajados, sin cuidarnos, la pandemia existe, el virus es real”, expresó la funcionaria, quien recalcó el llamado del presidente municipal Martín Ahumada Quintero, para que los ciudadanos extremen todas las medidas de prevención.
Los testimoniales dimensionan los terribles efectos de la pandemia, con la muerte de familiares y amigos cercanos, el impacto emocional y profesional de los trabajadores de la salud, el esfuerzo de quienes se solidarizaron con los enfermos, la historia de quienes sobrevivieron, los comercios que fueron sacudidos por la crisis y el impacto emocional y sicológico en la población.
“Es algo tremendamente doloroso la muerte de un familiar y más que sucede en la soledad, sin más compañía que del personal médico, sin despedidas, sin funeral, mi papá falleció el 21 de junio, (silencio detallado), y mi mamá enfermó también y murió el 9 de julio, lamenta en este testimonio Raúl Urías Castro, empleado del Ayuntamiento de Guasave.
La periodista Alma Fernanda Ruiz Obeso, señala su experiencia en la cobertura del COVID en el periódico donde labora, y cómo le tocó sufrir en carne propia los estragos del virus, con el fallecimiento primero de sus dos tíos, al contagiarse después y luego con la muerte de su mamá. “Ha sido muy difícil, no se supera, aprender a vivir con el dolor”.
En la angustia y la incertidumbre, en esta pandemia Adriana del Carmen Jiménez Pico, tuvo la iniciativa de iniciar el programa Dona Vida, Regala Amor, para recolectar medicamentos y dar alimentos a personas que cuidaban a sus pacientes en el Hospital General. “Ver los ojos de agradecimiento, de amistad, dábamos un mensaje esperanzador, orando por ellos, estando presentes, llevando gente a que se bañara, que comiera algo calientito”.
En el testimonial, el maestro Tomás de Jesús López Bajo, cuenta su lucha de un mes y medio en la cama 71 del ISSSTE Los Mochis para sobrevivir al COVID-19, conectado a un respirador y otro mes más de convalencia sin moverse de la cama en su casa. Su hermano falleció por este virus y se contagiaron sus hijos y su esposa. “Volví a nacer… es difícil vivir este proceso”, expresó.
El empresario Renán Camacho López cuenta cómo cayó en depresión, luego de cerrar su negocio, como consecuencia de la pandemia, y la manera que logró superar esta dura etapa, para reabrir su pequeña empresa, pues tenía que ver por su esposa, por sus hijos y su familia.
“Era un desgaste tremendo moral y profesional, ver morir a tanta gente”, expresa con tristeza Rosario Camacho González, asistente médico del IMSS, quien narra, la historia de la pandemia, desde lo que sucedía en el hospital, donde trabaja como asistente médico.
En la Semana de Testimonios COVID-19 el sicólogo de la Dirección de Salud, Juan Carlos Castro, explica cómo esta enfermedad causó graves estragos emocionales, que se tienen que enfrentar con una buena actitud, con plena conciencia de que debemos sumarnos a una prevención colectiva y que nos deja una lección de vida para mejorar como sociedad.
